Es un elemento radiactivo, transuránico con el que se han producido distintas aleaciones con “tierras raras”, pero no ha sido aislado el elemento puro.

Se obtiene por radiación intensa con neutrones de elementos más ligeros que él, como uranio o plutonio, mediante un proceso de captura de neutrones intercalada con desintegraciones beta.

Se descubrió por Ghiorso y colaboradores en diciembre de 1952, en los restos de la primera explosión termonuclear, y de forma paralela se sintetizó el fermio-250 en el Instituto Nobel de Estocolmo, por el bombardeo de uranio-238 con núcleos de oxígeno.

Su nombre se debe al del físico nuclear Enrico Fermi.